Alejandro Beron Diaz

(...)No tengo amigos. Duermo abajo de las imágenes de un templo, entre gente sencilla, un tal carpintero y otros a veces imperceptibles.
Todavía no hice amigos, tengo sí un se llama Labrador en honor a la raza. Cuando sea grande quiero encarnar en perro y llevar la boca abierta como un volcán la lengua entra y sale persiguiendo pájaros o un pedazo de madera, cuando sea grande quiero encontrar la libertad. Qué buena respuesta para cuando lleguen los de la radio o la policía les voy a decir en tono sexual mirando a los ojos lo que pasa es que quería encontrar la libertad, ¿vos qué pensás Labrador? (me contesta sacudiendo la cabeza) y nos ponemos a mear de las risas, meamos todos los rincones de la vereda de esquina a esquina haciendo espirales mordiéndonos despacio los brazos (los perros te muerden despacio cuando sólo quieren jugar) (...)


fragmento de ¨Egocéntrico, solitario, desorientado y débil¨