Nada es mío.
Ni la palabra
Ni el horario
Ni mis huesos
Todos son de otros.
Otros que se esconden detrás de los semáforos
Que se menean mostrando los huesos del pasado
Otros que les encanta el porvenir y se sienten angustiados por la falta de una máquina del tiempo.
Nada es mío
Ni mis uñas
que ya no mordisqueo y ahora me crecen como dientes
Nada es mío
Ni lo obvio
Ni la nada que es una víbora
una madre que besa niños enfermos
Nada es mío y no por eso soy libre
Ni una paloma
Ni una pesadilla
Ni siquiera la vez que salí corriendo por el campo
- Esas piernas flacas eran de otros-
y arrojé el libro de Guillen sobre las cenizas de mi abuelo
Antes era un aeroplano y ahora soy un paracaídas
Pero nunca fui ninguno de los dos
Ni aeropuerto
Ni un hombre que se come la montaña al salir por la puerta de su casa
Ni la bandera fue mía
Ni los billetes que crece de los árboles como frutos maduros llenos de orín.
De seguro la ortografía nunca fue mía
Ni mucho menos tu culo aquella noche
Mi familia es de otro. De un albañil que sabe cuanto es la cantidad de cemento necesario para construir.
A otros les encanta reír. La ocurrencia va creciendo como moneda de oro. Ya vendrá la noche. Les aviso. Siempre es de noche.
Cuando subo al tren
la ventana es una cámara
Y filmo. Entre las sombras y las luces que se funden
Filmo lo único
Lo que se mueve
el odio
que toma todo mi cuerpo como si fuese electricidad.
10.0000 voltios.
Por suerte
no existe una máquina de movimiento continuo.
2 comentarios:
BRAVO
"Cuando subo al tren
la ventana es una cámara
Y filmo."
El San Martín es un buen cine donde dan cadapelícula quenitecuento.
Alto texto, dicen en mi barrio.
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