miércoles, 5 de julio de 2006

Damián Galateo (punto de fuga)

Cine al diván
-No apto para cardíacos-


La Dra Gala Elisawen, odiada por muchos, amada por pocos, se pregunta y arma relaciones extrañas, pudorosas, inconscientes casi al borde del precipicio. Desde su punto de vista, Elisawen sostiene que el mejor lugar para arañar la verdad se encuentra entre el agujero negro que separa paciente y diván con el suelo. Aquí, por primera vez, uno de sus estudios más renombrado.


Primer caso
Por qué un director, Tim Burton, hoy en día en pleno apogeo de taquilla, decidió, en 1992, filmar una película-homenaje al denominado peor director de la historia, Edward D. Wood Jr.


“Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos.” Fogwill


Por un lado, el denominado peor director de todos los tiempos, Edward D. Wood Jr.-Buenos noches Sr. Wood-. Por el otro, Tim Burton, hoy en día alabado por el público y los críticos -Buenos días, Tim-. Yo me pregunto, y aprovechando que lo tengo cerca, la cinta Ed Wood, de 1994, a qué se debe, a qué factor responde, a lo afectivo, al mero homenaje, o a lo atractivo de un personaje y su historia. “Simplemente me gustaba el hecho de que Wood siempre fuera optimista, incluso en las peores circunstancias. ¡Estaba convencido de estar rodando "Ciudadano Kane"!”, respondió Tim, con una pequeña sonrisa picara entre sus labios. Entonces la elección proviene de un enamoramiento con el personaje sin descontar el homenaje, por supuesto. “Puede ser. Por ejemplo en una de sus últimas cartas antes de morir, el aquí presente (Burton apoya suavemente su mano sobre la de Ed Wood) escribió que había vivido intensamente y que había realizado grandes películas. Y en realidad había sido abandonado y era un alcohólico. Eso es lo que me fascinó de él", repuso Tim, ubicando su rodilla izquierda por encima de su rodilla derecha. Sin embargo, lo increpé, creo que su respuesta no es suficiente, hay algo más que usted no quiere, o no se atreve ha decir. -¿Usted qué opina señor Wood?- “Yo no opino, estoy muerto”. Lo entiendo aunque ese no es el punto. A ver, muerdo el lápiz intentando encontrar las palabras justas, quiero decirles que fue el fracaso su motor de encuentro. El fracaso con su doble cara, la estética triunfalista en donde no hay lugar para el descuido o el error, y, la otra cara, en donde la libertad se permite pisar por encima de las limitaciones, floreciendo el error como una planta que da aire y nueva vida. ¿Se entiende? ¿Sr. Wood? ¿Sr. Burton? Ambos me miran sorprendidos. Tengo miedo que me golpeen en la cara. Por suerte soy una dama. Digo cómo puede ser llevado al cine, de manera cronometrada, bajo tan perfecto relato, desde la dirección hasta las actuaciones, una película sobre un hombre que se ha pasado la vida jugando con las imposibilidades y los desaciertos. Atrás dejemos los premios o los reconocimientos, esos rincones mezquinos del alma no deben poseer mayor valor que la información o la recopilación de datos. Es verdad, Señor Wood, qué usted filmaba pasara lo que pasara: ¿El pulpo no se mueve? No importa, movámoslo con las manos; ¿cambios de escena? No importa, agreguemos unos rayos; ¿no tenemos filmado sobre esta parte? Agreguemos este pedazo de esta otra película mía o coloreemos las imágenes; ¿murió Bela Lugosi? Pongamos a mi doctor tapado con la capa que se parece mucho a Bela, y así. Ahora responda Ed Wood, ¿es verdad dichas afirmaciones? Me mira entrecerrando los ojos. “Digamos que si”, dice, luego, afirma moviendo la cabeza. Y a qué se debe tamaña decisión. Silencio de consultorio. Si me permiten les diré, se debe al Hacer, ante todo hacer, hacer más allá de todo, hacer en el precipicio, hacer como el único destino posible. Y no es, acaso, esta necesidad primordial la que lo despoja de cualquier lugar seguro, dejándolo a la intemperie, desnudo, bailando en el centro del arte. ¿Exagero? Burton toma un vaso de agua, tiene la garganta seca, quiere hablar: “La primera película que vi de Ed Wood fue “Plan 9 from Outer Space” y era espantosa, pero tenía algunas imágenes que nunca olvidaré”. No lo dudo Tim, ni dudo de tu incondicional y casi inconsciente composición de plano, que salvo en alejadas cintas de tu repertorio, se asemeja mucho, excepto por lo esterilizado de la forma, a las tomas realizadas por el difunto. “Pero esa disposición o similitud visual se debe más a una cuestión de género, en este caso al terror”, respondió un vivo y aún más rápido, Burton. Me quede en silencio unos segundos, no tenia intención de comenzar una batalla, ni de discutir quien nació primero si el huevo o la gallina, no tiene importancia. A ver, retomemos por otro camino. Si se me permite englobar, es posible observar como a usted, querido Burton, se le abrieron, desde muy joven, todos los caminos. Al difunto, por el contrario, las calles se le fueron cerrando, tomando una perspectiva, por lo menos, siniestra. Parecieran, de nuevo, las dos caras de una moneda. Cansados, los dos pacientes saltan eufóricos del diván exigiendo una rápida explicación. No se trata de encontrar, sino de buscar, les digo. A lo mejor, llámese el error o el fracaso, es el rincón ha transitar antes de que lleguen los aciertos para acomodar todo en su calmo lugar. Ya es tarde, mejor lo pensamos para la próxima cesión. Tim Burton y Ed Wood salieron no muy convencidos del consultorio.
Ya en soledad arreglo los almohadones del sofá, mientras recuerdo un film de Ed Wood en donde un personaje dice: "Todos estamos interesados en el futuro porque allí es donde pasaremos el resto de nuestros días". Creo que voy entendiendo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno, tengamos en cuenta que solo es una nota para una revista.. .jejejjjeje

menos anonimo imposible

Anónimo dijo...

jajajajajJJJJAJJAJAJAJAJAJJAJA


SERE LO SUFIENTEMENTE ANONIMO?

Anónimo dijo...

de seguro que si, por lo menos para mi...

Anónimo dijo...

el cine es todo lo roto nada perfecto el cine es todo lo roto nada perfecto nada perfecto